¿Qué es el hambre emocional y cómo controlarlo?

A todos nos ha ocurrido alguna vez; Acabamos de comer, y en pocos minutos, volvemos a sentir la necesidad de volver a llenar nuestro estómago. Esto se repite durante todo el día, a pesar de ser conscientes de que nuestra necesidad fisiológica de hambre ha sido cubierta tiempo antes. ¿Qué está pasando? ¿Por qué tenemos tanta hambre? La respuesta es fácil: Se trata del conocido hambre emocional.

El hambre emocional puede ser perjudicial para nuestra salud, pues nos insta a comer entre horas sin que sea una necesidad real para nuestro organismo. Es decir, permite la sobrealimentación de nuestro organismo, y esto posee efectos negativos sobre nuestra salud y nuestro cuerpo. Descubre qué es exactamente el hambre emocional y cómo puedes hacerle frente a través de estos consejos. ¡Ponte manos a la obra!

¿Qué es el hambre emocional?

El hambre emocional es un proceso bastante habitual en muchas personas. Se basa en la necesidad de tener hambre; aunque, en realidad, no es una necesidad física, sino emocional. Por ello, puede darse poco después de llenar nuestro estómago. La orden de hambre no nace de nuestro estómago, sino de nuestras emociones.

Algunas de las características más habituales del hambre emocional son:

  • No es un hambre real. Aparece aún cuando nuestro organismo está saciado (poco después de comer)
  • Puede asemejarse a la falsa necesidad de comer caprichos y/u antojos: Ciertos alimentos que, generalmente, aportan poco valor nutritivo y suelen contener altos niveles de azúcar y grasas.
  • Puede aparecer muchas veces al día, motivando las idas y venidas a la nevera sin causa real aparente.

¿Qué emociones potencian la aparición del hambre emocional?

Generalmente, el hambre emocional no aparece todos los días. Es posible que aparezca un solo día, o luego se calme; o bien durante unos días seguidos, desapareciendo poco después. Esto nos informa del estado de nuestras emociones, y cómo van cambiando según temporadas.

El hambre emocional suele aparecer en aquellos días en los que nos encontramos más nerviosas, tristes y/o con altibajos emocionales marcados. Es muy frecuente en épocas de indecisión e incertidumbre, pues todo ello genera una sobre activación del cortisol, la hormona del estrés, siendo esta una de las principales hormonas que generan este tipo de hambre.

Uno de los puntos corporales que más interfieren en la ansiedad y el estrés es la boca y toda su musculatura. Por ello, en épocas de sobre activación emocional realizamos conductas (en ocasiones de manera compulsiva) que permiten mover este punto corporal. Comer es una de las más habituales.

¿Cómo combatir el hambre emocional?

Cuando el hambre es emocional (y no fisiológico), la mejor manera de combatirlo es contar con recursos para controlar nuestras emociones. Algunos trucos que pueden funcionar, son:

Tomar infusiones

Las infusiones y/o bebidas instantáneas son una muy buena manera de combatir el hambre emocional, gracias a su doble efecto.

Por una parte, permite rebajar nuestra tensión, lo que influye positivamente en nuestras emociones. Por otra, se trata de una actividad que realizamos a través de la boca, siendo este uno de los puntos que más alivian la ansiedad y el estrés.

Meditación

La meditación es una técnica de relajación ideal para controlar nuestras emociones ansiosas. Se trata de centrarse en el aquí y ahora, valorando lo que tenemos y encontrando las soluciones a nuestros problemas. Para ello, buscaremos un lugar cómodo y solitario, nos pondremos cómodas y relajaremos nuestro cuerpo y nuestra mente.

Retrasar la visita al frigorífico

Nuestras emociones son cambiantes; se modifican en cuestión de minutos. Una de las maneras más efectivas de realizar menos viajes a la nevera es retrasar la necesidad cuando aparece. Si, en vez de comer, empezamos a realizar alguna actividad que nos distraiga, retrasaremos el viaje y probablemente la ansiedad desaparezca. ¡Pruébalo!

Tener productos naturales y saludables

Generalmente, el hambre emocional insta a comer productos con altas dosis de azúcar o grasas trans. La mejor manera de evitarlo es no tener estos productos al alcance. Sustituyéndolos por fruta o alimentos naturales, podremos dar rienda suelta a nuestra hambre emocional sin remordimientos.

Prueba con suplementos alimenticios

Si el hambre emocional está haciendo estragos y ya has comprobado la subida de peso a causa de ello, puedes confiar en los suplementos alimenticios. Creados por los mejores especialistas en nutrición y salud, te ofrecen todos los nutrientes que necesitas para controlar tu peso y conseguir tus objetivos estéticos.

De esta manera, podremos controlar el hambre emocional y evitar que interfiera negativamente en nuestra salud. ¡Empieza a controlar tus emociones desde hoy!

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