Aprender a tocar la guitarra flamenca no se limita a saber rasguear sus cuerdas ante una partitura. El arte flamenco es mucho más que ello, y en ocasiones, en ello interviene nuestra salud. Uno de los aspectos más importantes a la hora de aprender este maravilloso arte es vigilar nuestra postura cuando hacemos sonar una guitarra, pues si no es la adecuada, puede producir una postura de nuestro cuerpo que puede ser perjudicial para nuestra espalda y que nos puede alejar de nuestro instrumento durante largo tiempo.
La posición adecuada a la hora de tocar una guitarra flamenca puede ser diferente que la que adoptamos cuando tocamos otros tipos de guitarra, como la eléctrica o la clásica. La guitarra flamenca demanda estar sentado, con un determinado curvamiento de nuestro tronco, que permitirá abrazar nuestro instrumento y poder hacerlo sonar de manera cómoda y adecuada para nuestros dedos. El recogimiento que produce nuestro cuerpo alrededor de la guitarra es fundamental para poder obtener la cercanía adecuada que permita a nuestros dedos moverse con la rapidez y vertiginosidad que demanda este tipo de música, y poder cumplir con sus exigencias.
Por ello, conseguir la postura adecuada tiene beneficios positivos en nuestra salud y en el resultado de nuestra música.
La mejor postura para tocar la guitarra flamenca
Entre uno de los legados que nos ofreció Paco de Lucía, se encuentra la posición más recomendada actualmente a la hora de tocar una guitarra flamenca. Ligeramente diferente a la posición anterior, supone un avance en factores de comodidad y salud. Su principal sello es usar la pierna derecha para sostener la guitarra, que se apoya en la parte central del lateral. Esto invita a cruzar las piernas en una postura cómoda y airosa, de manera que tocar la guitarra no genera ninguna postura forzada, más bien todo lo contrario.
En lo que respecta a los brazos, la postura ideal posa el brazo derecho más bajo que las posturas tradicionales, quedando por debajo del aro lateral.
Evitar los dolores producidos por la poca movilidad
Aún así, es posible que, tras largas horas de práctica y poco movimiento de nuestras extremidades, podamos notar entumecimiento o algún tipo de dolor debido a la poca movilidad de nuestro cuerpo. Estas molestias, que terminarán desapareciendo en pocos minutos, serán consecuencias con las que deberemos lidiar, aunque adoptemos una buena postura, aunque en menor medida si ésta nos resulta cómoda y es apta para nuestro organismo.
Para evitar este tipo de problemas, lo más recomendable es realizar pausas cada cierto tiempo en las que podamos movernos. No obstante, no siempre podemos contar con ellas; en ocasiones, diferentes situaciones nos demandan tocar sin parar durante horas, como es el caso de estar ofreciendo un concierto. En estos casos, podremos realizar diferentes acciones que amortigüen la poca movilidad a la que vamos a someter a nuestras extremidades.
Estiramientos previos y posteriores
Los brazos son las extremidades que más sufren las consecuencias de la postura flamenca, además de ser los encargados de realizar movimientos rápidos y en ocasiones muy monótonos. Por ello, pueden sufrir las consecuencias de ello provocándonos molestias o dolores que podremos mitigar con unos entrenamientos previos.
Los ejercicios que podemos realizar se basan en estirar nuestros brazos, nuestras manos y nuestros dedos, para permitir que tanto los músculos como los tendones y articulaciones tengan una mayor movilidad, necesaria para tocar la guitarra flamenca de manera óptima. Para ello, se realizan diferentes tipos de movimientos en los que se presionan y se estiran este tipo de estructuras. Realizar ejercicios de este tipo antes de iniciar nuestra tarea con la guitarra, así como en las pausas que podamos hacer y al terminar, puede evitar los dolores típicos del guitarrista y favorecer nuestra tarea, ganando movilidad, rapidez y bienestar.
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