El estudio de este elemento degenerativo del organismo es muy importante por las enormes repercusiones que tiene para la salud.
Este tipo de disfunción biológica creará estados patológicos degenerativos de los tejidos fibrosos y cartilaginosos, es decir, tejidos activos y elásticos como los músculos y el tejido arterial, que perderán su elasticidad. La fase final de este proceso es la denominada ESCLEROSIS.
Uno de los tejidos más afectados es el arterial. En este tejido la infiltración calcárea suele evolucionar junto a la degeneración adiposa, asociada al colesterol. Es lo que se conoce comúnmente como arteriosclerosis.
El estudio de este elemento degenerativo del organismo es muy importante por las enormes repercusiones que tiene para la salud.
La infiltración calcárea se caracteriza por la impregnación en las células y en los tejidos de depósitos de FOSFATO DE CALCIO, CARBONATO DE CALCIO y otros.
Este tipo de disfunción biológica creará estados patológicos degenerativos de los tejidos fibrosos y cartilaginosos, es decir, tejidos activos y elásticos como los músculos y el tejido arterial, que perderán su elasticidad. La fase final de este proceso es la denominada ESCLEROSIS.
Uno de los tejidos más afectados es el arterial. El endotelio va perdiendo elasticidad, vitalidad y actividad a medida que la infiltración calcárea va aumentando, endureciéndolo poco a poco. En este tejido la infiltración calcárea suele evolucionar junto a la degeneración adiposa, asociada al colesterol. Es lo que se conoce comúnmente como arteriosclerosis.
Vamos a ver en un cuadro el proceso sintomático de esta infiltración:
Cuadro sintomático de la infiltración calcárea
– Disminución de la circulación sanguínea.
– Disminución de la absorción de los tejidos.
– Intoxicación celular por un déficit de eliminación de toxinas.
– Menor oxigenación.
– Afecciones de tipo reumático.
– Hipertensión arterial.
– Rigidez y anquilosis muscular, con períodos más o menos dolorosos.
– Endurecimiento de los cartílagos (examinar los cartílagos de las orejas).
– Piel pálida, endurecida y arrugada, “correosa”.
– Incapacidad de la piel a volver a su estado normal después de una presión con el dedo (prueba de “vitopresión”).
– Tendencia de la piel al color azulado y a la equimosis (“moratones”).
Todos esos síntomas nos están indicando una SENILIDAD PRECOZ. Y tres son las causas principales que contribuyen a esta infiltración calcárea, incluso en edades jóvenes.
Causas de la infiltración calcárea:
1ª causa: Consumo de aguas excesivamente mineralizadas.
Procurar beber agua poco mineralizada.
El consumo abundante de verduras crudas y frutas aportarán elementos minerales carentes. Los minerales orgánicos, metabolizados por la flora intestinal, son vitalizantes y totalmente asimilables por el organismo. No ocurre lo mismo con los minerales inorgánicos, es decir, no absorbidos y transformados por las plantas.
Pero el habitual hábito de cocerlo todo y comer poca fruta produce una carencia más o menos acentuada. Al cocer las verduras sus minerales se precipitan y son de difícil asimilación. Tened siempre en cuenta que los minerales transformados por la flora son vitalizantes y regeneradores; sin embargo, los inorgánicos son ESCLEROSANTES.
2ª causa: Consumo excesivo de cereales.
Su consumo excesivo aporta importantes depósitos calcáreos. Son alimentos acidificantes (Passebecq, a., Marchessau, P., Lautié R., etc.).
El elevado tiempo que requiere su cocción y al añadirles sal, los hacen altamente esclerosantes, sobre todo si se han refinado. Un importante naturópata y biólogo francés, el Dr. Passebecq, en un experimento con grupos de personas, verificó que había un importante incremento de los depósitos calcáreos en la sangre, la orina, heces y tejidos en el grupo de mayor consumo de cereales.
3ª causa: El cloruro de sodio y las sales de sosa, potasio, cal y magnesio:
El cloruro de sodio (sal de mesa común) es un gran precursor de la esclerosis y de la infiltración calcárea. El cuerpo sólo necesita medio gramo al día de cloruro sódico por término medio; no obstante una persona suele consumir entre 10 y 20 gramos diarios. Recuerde que enlatados, sopas de sobre, comidas precocinadas, etc. contienen un elevado índice de sal.
Los demás elementos (sosa, potasio, cal…) se hallan en ciertos medicamentos farmacéuticos, de forma especial el calcio.
Por todo ello, amigo lector, le aconsejo evitar el excesivo consumo de los alimentos señalados en este artículo. Beba aguas de baja mineralización; rebaje la cantidad de cereales refinados en su dieta y evite la sal. No espere a sufrir de hipertensión o de afecciones arteriales o reumáticas para empezar a cuidarse. La salud es el bien más preciado.