Biosculpture

¿Cómo mejorar la calidad de vida en las personas de la tercera edad?

¿Cómo mejorar la calidad de vida en las personas de la tercera edad?

Closeup of a support hands

La continua creciente de la esperanza de vida hace que cada vez existan más personas ancianas en nuestro ambiente. Tan solo necesitamos salir a la calle para cruzarnos con un gran número de ellas. Es muy frecuente, además, que en nuestro ambiente más próximo existan personas que hayan superado los 65 años.

La vida de la tercera edad no siempre es fácil. Aunque la jubilación permite a nuestros mayores descansar de una larga vida de trabajo, debemos tener en cuenta que la salud puede jugarles malas pasadas de manera más habitual de lo que lo hace en una persona joven y/o adulta. La soledad, muchas veces, es la compañera más habitual de nuestros ancianos, así como la imposibilidad de seguir siendo independientes. Todo ello puede empeorar su salud psicológica y crear verdaderos problemas limitantes para ellos.

Por ello, el papel que realizamos nosotros con ellos es muy importante. Nuestras acciones permiten mejorar la calidad de vida de todas aquellas personas ancianas que tenemos a nuestro alrededor, y con las que nos relacionamos habitualmente. A continuación te proponemos 5 consejos para conseguirlo.

5 consejos para mejorar la calidad de vida de nuestros mayores

1-Establece contacto frecuente con ellos

Y asegúrate de que este contacto sea positivo. Muchos de nuestros ancianos viven en soledad. Algunos de ellos no pueden visitar a otros familiares, ni siquiera salir a dar un paseo, debido a sus limitaciones físicas y psicológicas. Por ello, es muy importante que seamos nosotros los que mantengamos contacto. Acudir a visitarlos frecuentemente, o simplemente llamarles por teléfono, puede ser motivo de una subida de ánimo muy necesaria.

En caso de que detectemos que alguno de nuestros mayores tiene problemas importantes de autonomía, o presente algún síntoma de problema de salud, deberemos otorgarle la atención necesaria. Para ello, es importante escucharles, tomar en cuenta sus necesidades, empatizar y evitar restarle importancia a sus preocupaciones.

Mediante una buena atención podremos darnos cuenta de posibles signos de alarma que estén evidenciando una demencia y/o cualquier otro trastorno o problema de salud.

2-Establecer una rutina diaria

Los seres humanos necesitamos seguir una rutina que nos indique lo que vamos a realizar en un futuro próximo y estructure nuestros días. Cuando se trata de una persona mayor, esta rutina tiene muchos más beneficios. Les ayuda a orientarse temporalmente y espacialmente, a anticiparse a las situaciones que van a ocurrir, y les da seguridad ante lo desconocido.

Si la persona anciana no es capaz de establecer una rutina fija, podemos ayudarle nosotros. Seguir horarios de visita, intentar que salga siempre en el mismo momento del día y que mantenga unas horas aproximadas de levantarse, acostarse y de alimentación será muy recomendable para mejorar su calidad de vida.

3-Contribuir a que lleve una vida activa

En la medida de lo posible, son muchas las personas mayores que disfrutan de un buen paseo cada día. Es importante concienciar a nuestros mayores para que lo lleven a cabo, acompañándoles si fuera necesario.

Los paseos son el momento ideal para fortalecer las piernas y mantener contacto con vecinos, conversando con ellos y ejercitando la actividad mental.

4-Ayudarles a realizar sus gestiones, siempre que no puedan llevarlas a cabo

Aunque muchos de nuestros mayores son capaces de realizar sus gestiones, es posible que, llegado un momento, se encuentren bastante debilitados para ello. Ofrecer una ayuda en este sentido, supervisando sus gestiones, puede ayudarles a hacerlo correctamente. Para ello es importante conocer cómo es la vida de estas personas, para poder saber qué es lo que realmente necesitan.

5-Adaptar su ambiente a sus limitaciones

Poco a poco, los ancianos van cumpliendo años y la salud se resiente. Es por ello que debemos supervisar, constantemente, los recursos que necesitan para adaptarlos, si es necesario, a sus limitaciones.

Por ejemplo, una persona que no tenga buena movilidad puede no poder usar una bañera, o sufrir un accidente mientras la usa. Lo mismo ocurre con la deambulación; en muchas ocasiones, nuestros mayores necesitan sistemas de apoyos para andar seguros y confiados. En muchas ocasiones, ellos no son conscientes de ello ni saben cómo pueden conseguir estos recursos. Por ello es muy importante gestionar estas adaptaciones.

Siguiendo estos consejos, conseguiremos mejorar la calidad de vida de nuestros mayores más próximos y mejorar su salud física y psicológica.

Salir de la versión móvil