La depresión es una enfermedad frecuente. Tanto es así, que la OMS considera que esta patología es una de las principales causas de discapacidad. En España, se calcula que afecta a un 10% de la población, es decir, a casi cuatro millones de personas y el gasto en antidepresivos es elevado y está en crecimiento: 100 millones de euros en 1994 y 602 millones de euros en 2003.
La depresión es una enfermedad mental pero que no afecta sólo a la mente, pues provoca síntomas a distintos niveles: psíquicos, somáticos y emocionales. El principal síntoma depresivo es la tristeza, pero también presenta otros síntomas como la pérdida del interés por las actividades cotidianas, trastornos del sueño y del apetito (tanto por defecto como por exceso), alteraciones de la concentración, agitación, baja autoestima, autorreproche, pensamientos de muerte y suicidio, llanto frecuente, irritabildad, alteraciones del humor, ataques de pánico, etc,…
Todos estos síntomas pueden desencadenarse tras un acontecimiento triste (se denomina entonces depresión reactiva) o sin un desencadenante claro (se habla entonces de depresión endógena).
En la génesis de la depresión influyen diferentes factores: químicos, hormonales, genéticos y psicosociales:
El factor químico está absolutamente probado, de manera que se ha demostrado la alteración en distintos neurotransmisores como la serotonina (que influye en el estado de ánimo), la acetilcolina (que tiene que ver con el buen funcionamiento muscular y el sueño), la adrenalina, la noradrenalina y la dopamina.
Los factores hormonales también influyen en la aparición de este trastorno, de forma que se ha demostrado en estos pacientes una alteración en el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenales. Así mismo, también existe una implicación de la glándula tiroides, pues es conocido como determinados casos de hipotiroidismo debutan con depresión.
Factores genéticos: algunos tipos de depresión, sobre todo el trastorno bipolar, tienen un carácter hereditario. No se hereda la enfermedad, pero sí la predisposición a padecerla, de forma que si sobre ese individuo predispuesto, inciden determinadas circunstancias, pueden desarrollarse los síntomas.
Y por último, los factores psicosociales, que hacen referencia a que la depresión es más probable en pacientes con una cierta personalidad que tiene que ver con una inseguridad en el carácter y una baja autoestima. También la adicción a drogas y alcohol son un factor importante en la aparición de la depresión.
TIPOS
Existen diferentes tipos de depresión que son los siguientes:
Depresión mayor: son síntomas severos que interfieren con las actividades diarias del paciente.
Distimia o depresión crónica: Son síntomas menos intensos pero mantenidos en el tiempo.
Trastorno bipolar o enfermedad maníaco-depresiva: son síntomas alternantes entre la “manía” (euforia) y la depresión.
Depresión atípica: los enfermos comen y duermen en exceso y tienen un fuerte sentimiento de rechazo.
Trastorno afectivo estacional: son episodios anuales de depresión, sobre todo en otoño o en invierno.
Trastorno disfórico premenstrual: es el síndrome depresivo y de irritabilidad que precede a la menstruación.
TRATAMIENTO
En cuanto al tratamiento, en casos leves se prefiere generalmente la psicoterapia y en casos más importantes es cuando habitualmente se precriben fármacos específicos. La Oligoterapia puede sumarse a ambos tratamientos, aunque evidentemente es más eficaz en los casos de leves a moderados que en la depresión mayor.
Para instaurar un tratamiento con oligoelementos en un paciente depresivo, es importante tener en cuenta su personalidad, pues los trastornos de la personalidad pueden regularse con oligoelementos y son un factor importante en la aparición de la depresión como ya se mencionó anteriormente.
De esta forma, prescribiremos manganeso-cobalto (Mn-Co) en el caso de los síndromes ansiodepresivos y cobre-oro-plata (Cu-Au-Ag) en el resto de los pacientes. Tanto el Mn-Co como el Cu- Au-Ag se tomarán a diario por la mañana en ayunas. En todos los casos se prescribirá zinc-cobre (Zn-Cu) para regular el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenales: 1 ampolla a diario a media mañana.
Además, según los síntomas concretos de cada paciente, pueden ser útiles el litio (Li: de 1 a 3 ampollas diarias), en caso de nerviosismo y el cobre (Cu: 3 ampollas diarias durante los primeros 10 días del tratamiento), en caso de síntomas depresivos intensos.
Según estas consideraciones, las pautas recomendadas pueden ser las siguientes:
Tratamiento de base:
Sindromes Ansio-depresivos:
Por la mañana en ayunas: Mn-Co
A media mañana :Zn-Cu
Resto de depresiones :
Por la mañana en ayunas :Cu-Au-Ag
A media mañana :Zn-Cu
Tratamiento sintomatico :
En cualquiera de los casos anteriores, si es necesario añadir :
Litio :de 1 a 3 ampollas diarias en caso de nerviosismo
Cobre :3 ampolla diarias durante 8 -10 dias en síntomas depresivos intensivos