Alternativas contra la úlcera gastro-duodenal o péptica

Enfermedad que afecta a un 15% de la población. En España se estima que alcanza a 1,5 millones de personas.

Se trata de una erosión o pérdida de sustancia de la mucosa de cualquier región del tracto digestivo. Las localizaciones habituales se dan en el estómago y en el duodeno (la más frecuente en los países occidentales).
Ambas, gástrica y duodenal, se diferencian por su localización, pero comparten factores causales, manifestaciones clínicas y recursos terapéuticos. De ahí que se hable de una única enfermedad úlcera péptica o gastro-duodenal.

Una úlcera se origina cuando hay un desequilibrio entre los factores agresivos (ácido clorhídrico y pepsina) y los factores defensivos (moco, bicarbonato y prostaglandinas).

Dicho desequilibrio se ve favorecido por diversas circunstancias:

-Infección por Hilicobacter pylori: diversos estudios han detectado presencia de esta bacteria en el 90% de las úlceras gástricas y en el 70% de las duodenales. Donde la presencia de esta bacteria altera la secreción de moco y facilita la formación del ácido clorhídrico.
-Fármacos: los más frecuentes la aspirina y antiinflamatorios (AINES) que inhiben la síntesis de prostaglandinas, alterando los mecanismos defensivos y lesionan la mucosa
-Tabaco: aumenta la secreción del ácido clorhídrico y pepsina e inhiben la de bicarbonato.
-Estrés: puede dar origen una estimulación nerviosa que determina un incremento de la secreción ácida.
-Factores individuales: en algunas personas existiría una hipersecreción ácida junto con defectos de motilidad y vaciamientos gástricos.
-Dieta: no se ha demostrado que la dieta sea un factor predisponente directo en la úlcera. Sin embargo, algunos estudios sugieren una influencia positiva de las dietas ricas en fibra.

Las manifestaciones clínicas en ocasiones las úlceras son asintomáticas durante tiempo, en otras aparece dolor que es el síntoma más importante y característico, es un dolor quemante, localizado en epigastrio y perfectamente señalado por el paciente. Calma con las comidas y aparece de 1 a 3 horas después de éstas, en ocasiones despierta al paciente a las pocas horas de acostarse. Puede tener un ritmo estacional apareciendo en primavera y en otoño. Otros síntomas pueden ser pirosis o ardor, náuseas, vómitos, meteorismo, eructos ácidos, estreñimiento y pesadez. En algunos casos se detecta anorexia y pérdida de peso. La complicación más frecuente de la úlcera es la hemorragia donde la sangre se puede perder a través de los vómitos o heces lo que puede determinar una anemia.

Las medidas terapéuticas van encaminadas a evitar la irritación de la mucosa digestiva, suprimir el exceso de secreción ácida y favorecer los factores protectores. En este sentido en fitoterapia existen infusiones, extractos y complementos de plantas medicinales protectoras, cicatrizantes y antiespasmódicas que contribuyen a la recuperación de la mucosa gástrica.

Existen unas pautas nutricionales que deberían ser tomadas en cuenta determinando la tolerancia dietética individual por lo que se aconseja según cada caso:

-Fraccionar la dieta diaria en 4-5 tomas
-Aumentar gradualmente el consumo de fibra.
-Evitar alimentos: flatulentos (alcachofa, pimiento, cebolla, col, coliflor, coles, legumbres, rábanos, pepino, etc.). -Irritantes (café, té, cacao, chocolate, bebidas alcohólicas, especias, picantes y condimentos). Grasos (fritos, vísceras, huevos embutidos, patés, y frutos secos). Otros (leche entera, semi o desnatada y sus derivados).
-Prescindir del tabaco.

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