La dermatitis y la teoría de las cinco fases

La Teoría de las 5 fases (para los chinos, la Ley de los 5 elementos), se puede considerar una regla nemotécnica que podemos aplicar a cualquier enfermedad.
Según esta Ley todo esta interrelacionado y en constante movimiento.

La dermatitis es una enfermedad inflamatoria de la piel. Se caracteriza mayoritariamente por irritación, descamación y con frecuencia, picor. Existen diferentes tipos de dermatitis, como la dermatitis del pañal, dermatitis de contacto, dermatitis seborreicas, dermatitis atópica, etc. Todas ellas coinciden en muchos síntomas pero las causas desencadenantes son diferentes.

La teoría de las 5 fases, se basa en el concepto de que la energía vital se mueve en ciclos reproducibles, y por tanto previsibles. La energía pasa por 5 zonas de cambio que se denomina madera, fuego, tierra, metal y agua. Una fase alimenta o nutre la siguiente pero también controla y frena la contraria.

En la Naturaleza, la madera, fuego, tierra, metal y agua son elementos básicos. Y para la medicina tradicional china, estos elementos están relacionados con los órganos, vísceras, tejidos, emociones, las estaciones del año etc. y todo ello permite comprender la relación que existe entre la fisiopatología de las enfermedades con el medio ambiente.

De la misma manera que ocurre en la Naturaleza, en el ser humano como microcosmos dentro de un macrocosmos, le ocurre algo similar y podemos encontrar que todo en él está íntimamente relacionado y se cumplen también las 5 fases.

Correspondencias entre el ser humano y la ley de los 5 elementos:

-madera: hígado, vesícula, tendones y músculos y los ojos
-fuego: corazón, intestino delgado , arterias y venas y la lengua
-tierra: bazo, estómago, tejido conectivo y linfáticos y la boca
-metal: pulmón, intestino grueso , la piel y cabellos y la nariz
-agua: riñón, vejiga, huesos y médula ósea y los oídos

A pesar de su complejidad, una enfermedad como la dermatitis, evoluciona siguiendo la ley de los 5 elementos.

Es una patología que encontramos encuadrada dentro del elemento metal y que por tanto relaciona la piel, el pulmón y el intestino. Esto no debería olvidarse nunca en el tratamiento de una dermatitis, es la única manera de llegar a realizar un tratamiento satisfactorio actuando sobre la raíz del problema y no únicamente sobre los síntomas.

Con esta manera de enfocar a la dermatitis, el tratamiento no se centra únicamente en la piel sino que se tiene en cuenta el estado de las mucosas del aparato respiratorio y digestivo, y sobretodo del intestino.

La disbiosis intestinal es un desequilibrio cualitativo y cuantitativo de la microflora intestinal, su actividad metabólica y su distribución a lo largo del intestino. Este desequilibrio de la flora puede contribuir al desarrollo o empeoramiento de muchas enfermedades de la piel y entre ellas las dermatitis.

Cuando el intestino no es capaz de eliminar toxinas, como ocurre en el estreñimiento, se produce una autointoxicación porque el organismo absorbe demasiada basura tóxica. En este estado, se produce la llamada disbiosis intestinal.

Es fundamental en el tratamiento de una dermatitis, hacer una limpieza y recuperación de la mucosa del intestino. Cambiar ciertos hábitos dietéticos evitando el exceso de proteína animal y azúcares simples y controlando las sustancias que resulten irritantes a nivel intestinal, así como restringir ciertos alimentos que poseen un alto poder antigénico como es la leche y derivados lácteos.

Siguiendo a Hipócrates, el padre de la Medicina en la antigua Grecia que decía: “que tu alimento sea tu medicamento”. Es por el cambio de los hábitos dietéticos por donde deberíamos empezar el tratamiento de una dermatitis para tener éxito.

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